Si el volante vibra cuando frenas, el origen casi siempre está en los frenos. En tal caso lo más probable es que los discos de freno delanteros estén alabeados o deformados. Al no estar completamente planos transmiten molestas vibraciones al volante y a los pedales y disminuyen enormemente la eficacia de la frenada.
El alabeo de los frenos puede producirse por un uso muy exigente de los mismos, cambios bruscos de temperatura (por ejemplo pasar un gran charco tras una frenada intensa) o por el propio desgaste de discos y pastillas. En este caso la solución pasa por rectificar los discos de freno o sustituirlos por unos nuevos. Normalmente lo segundo es lo más adecuado por coste y garantías. Siempre que se ponen discos de freno nuevo se deberían cambiar al mismo tiempo las pastillas de freno ya que las viejas pastillas están “viciadas” con el desgaste del anterior disco.
El precio de esta reparación es muy variable, influyendo especialmente el vehículo. La sustitución de discos y pastillas no requiere avanzados conocimientos de mecánica, por los que es posible hacerlo uno mismo con herramientas sencillas, aunque nunca hay que olvidar que son fundamentales para la seguridad y ante la duda se debe dejar a profesionales.