Problemas que derivan del silbido de los frenos

  • Polvo o humedad entre la pastilla y el disco: con un limpiador de frenos sería suficiente.
  • Las pastillas de freno se han cristalizado: Es el fallo más común. Se vuelven duros y pierden sus capacidades.
  • Falta de lubricación: entre la base metálica de la pastilla de freno y el bastidor de la pinza de freno. Basta con añadir un poco de pasta de cobre en la plaqueta de la pastilla.
  • Discos rayados: se producen por la propia fricción o por piedrecitas que se cuelan en el sistema. Si son demasiado acusadas, la pastilla no asienta perfectamente sobre el freno y vibra más de lo normal. Hay que cambiar el disco.

Los ruidos nunca son buenos indicadores de que algo esté correcto en un coche. Si oímos un chirrido desagradable al aplicar presión sobre el pedal de frenado, ¡muchísimo ojo!

Este sonido puede avisarnos sobre la necesidad de un cambio rutinario de pastillas o bien de que haya un problema más grave. Las pastillas gastadas provocan que la fricción contra los discos se convierta en una dentera que es peligrosa dado que difumina cualquier frenada eficaz, poniendo en peligro a conductor y ocupantes, además de a los demás usuarios de la vía.