Con solo oír “reparación de motor” se nos ponen los pelos de punta pensando que se nos va a ir el sueldo de medio año, a lo mejor pensamos que solamente necesitamos una anillada o rectificar la culata y con eso ya no será necesario hacerle nada más.
Sin embargo, esta puede ser una solución para unos pocos kilómetros y al final terminaremos pagando más.
Como ya lo hemos explicado en varios artículos, las piezas de los carros se van desgastando y por supuesto las del motor no son una excepción, pues precisamente en el corazón de nuestro carro todos los elementos tienen ajustes perfectos.
Cuando un motor comienza a presentar problemas en su funcionamiento que indican que necesita una reparación, hay que desarmarlo, hacer mediciones, rectificar y cambiar las piezas que están desgastadas, volver a ponerlo todo en su sitio y ajustarlo a los valores que coincidan completamente con los datos del fabricante.
Por todo esto, una reparación de motor no se debe dejar en manos de cualquiera, pues si una pieza no queda perfectamente medida y adaptada, lo único que conseguiremos serán más problemas.
Un motor en condiciones normales de uso tiene una vida útil de más de 120.000 kilómetros, pero en realidad no es ni la edad del carro ni ese kilometraje los que nos exigen una reparación.
Pues cuando se hace el mantenimiento preventivo y los cambios de aceite indicados por el fabricante, es muy probable que aumente el plazo para realizarla.
La única manera segura de saber que nuestro carro necesita una reparación de motor es mediante las mediciones que realizan en el taller.
Sin embargo, hay algunos síntomas que nos indican que ya está llegando la hora de que nos hagan una valoración:
Humo azul:
Cuando vemos que por el tubo de escape sale un humo azul constante mientras el carro está encendido, es un claro síntoma de que nuestro motor tiene serios problemas.
Si el humo de ese color se presenta solamente cuando lo prendemos o vamos en bajada y en poca cantidad, puede que solamente sea un problema con las válvulas.
Consumo excesivo de aceite:
En condiciones normales los cambios de aceite y sus filtros los realizamos con la periodicidad que nos marca el fabricante, así que cuando vemos que su consumo es cada vez mayor, seguramente hay un desgaste en los cilindros, los aros o los pistones.
Claro que puede que tengamos suerte y se deba solamente a pérdidas en alguna junta o porque el tapón del cárter está mal ajustado, pero de todas formas debemos hacer la valoración.
Ruidos en el motor:
De repente comenzamos a sentir un traqueteo cuando encendemos el carro que se quita cuando aceleramos, esto puede ser debido a fallos de presión en el cigüeñal y eso es reparación de motor segura.
También debemos llevarlo a valoración por cualquier ruido que sintamos en el motor, pues seguramente hay piezas sueltas que si se rompen terminarán destruyéndolo.
Aunque esos tres son los síntomas más urgentes de que necesitamos una reparación de motor, también debemos pensar en una valoración cuando notemos que se está recalentando excesivamente.
O cuando veamos que le falta potencia, que se atasca más de lo normal, que el humo del tubo de escape es excesivo, que tarda en reaccionar o que el consumo de gasolina también está por encima de lo normal.